lunes, 27 de junio de 2011

Nuevas Esperanzas

De acuerdo con su significado, el origen de la esperanza radica en la espera. Espera de que las cosas mejoren, espera confiada en algo o alguien que nos cuida, espera de que algo (o alguien) forme parte en nuestras vidas...

Siempre me sorprendió el paso del tiempo, o mejor dicho la falta de noción acerca de él. Es decir, de alguna forma, cada vez que termina un nuevo año, nos encontramos un día diciendo ''no puedo creer lo rápido que se pasó''. Siempre pensé al respecto que la única conclusión lógica es que la noción del paso del tiempo está directamente relacionada con el tiempo que uno ha vivido. Así es que cuando uno recuerda los años de su infancia, los más lejanos, tiene la impresión de que ''pasaron volando'', y llega un momento en el que inevitablemente se plantea: ''carajo...si el tiempo se pasa cada vez más rápido, ¿qué changos estoy haciendo con mi vida?''
Es una pregunta que suele rondar mucho en mi cabeza. La mayoría de las veces hago un planteo casi instantáneo y pienso que el proyecto de vida que tengo no está muy desviado de lo que siempre deseé, que las cosas que hago me preparan para el futuro y que solo necesito tener paciencia para que aquello que tanto anhelo llegue, justo cuando menos me lo espero. En pocas palabras, pienso que mi vida está tomando un rumbo correcto.
Por otra parte, suelo cuestionarme si soy yo el que toma las decisiones y marca el rumbo de mi vida, o si es ella misma la que señala el camino por su cuenta. Siento que, si bien en un principio yo escojo comenzar un proyecto con un objetivo determinado, los sucesos inesperados que aparecen en el transcurso me descolocan de tal forma que, para dejar todo en orden, me veo obligado por la situación a acomodar todo, y muchas veces la única salida que tengo no es la que yo prefiero.
Pero la memoria tiene un sentido, y es que nos permite ver en nuestro paso por el mundo que, más rápido o más lento, cosas buenas pasan. Y si bien de vez en cuando estamos tan cansados que nos cuesta observar esto y nos des-esperamos, el truco está en no desear siempre exactamente lo mismo, sino en ajustar nuestros destinos, acorde a lo que vamos aprendiendo y al paso de tiempo que sentimos.
Por eso es que realmente yo no espero nada por mucho tiempo, sino que cada día, cada semana, cada mes y cada año, tomo los anhelos del tiempo anterior y junto con los del presente me los vuelvo a proponer. No mantengo exactamente el mismo objetivo, porque al ser un día diferente y un momento de decisión diferente, éste se re-nutre, se re-plantea, re-vive, re-nace.

Hoy es mi cumpleaños y re-nazco rodeado de las personas que amo. Y estoy dispuesto a esperar un año entero para verlos a todos juntos una vez más, porque hoy los vuelvo a elegir a todos y cada uno. Hoy, con 19 jóvenes años, y Dios quiera muchos más por recorrer, renuevo mis esperanzas...