En algún momento tenía bien enfocado un proyecto de vida.
Diferentes motivos van modificándolo de a poco a medida que uno va
descubriendo sus capacidades y limitaciones, pero hay aspectos
fundamentales. Uno de esos aspectos fundamentales era una persona con la
que compartir ese proyecto, aunque no la conocía.
Hace
un par de años apareció, o por lo menos eso creía. El tema es que
situaciones y circunstancias particulares hicieron que nos
distanciáramos y, eventualmente, la relación se cortara. La sigo viendo
de tanto en tanto pero es...raro. La cuestión es que me cuesta enfocar
ese proyecto sin esa persona, que tomó forma y nombre, sabiendo que, al
parecer, ella ya no va a ocupar ese lugar.
Así es
que, aunque ya hace muchos años aprendí a seguir caminando cuando las
cosas no salen como uno espera, me sigue costando dar mi (más de) 100%
en todo lo que hago cuando a ese proyecto le falta algo tan esencial.
A veces, incluso por meses, no tengo mayores problemas, al ocupar mi
mente y mi tiempo. A veces, un día como cualquiera, trato de proyectar
de nuevo...y caigo en el recuerdo.
Seguramente podría
desarrollar algo más extenso y hasta quizás más poético. Hoy simplemente
necesitaba sacar esto de mi pecho.